A partir de este miércoles por la noche, según los pronósticos, comienzan las lluvias en la región Metropolitana. La cantidad de agua caída no será menor e incluso se extenderá hasta el fin de semana.
De acuerdo al anuncio del tiempo de Iván Torres, meteorólogo de TVN, los montos de agua serían significativa para dos zonas en particular.
“La cantidad de agua la mantenemos. Máximo 25 milímetros, salvo 30 milímetros en el sector cordillerano del Cajón del Maipo y Buin, que siempre tiene más precipitación que el resto de las comunas”.
Esta última comuna, perteneciente a la provincia de Maipo, a 35 kilómetros al sur del centro de la capital, también podría recibir una cantidad similar el día sábado, ya que en la noche arribaría un nuevo sistema frontal.
La zona tampoco estará exenta de viento. Al igual como ocurrirá en puntos como San José de Maipo, las ráfagas podrían llegar a los 60 kilómetros por hora desde la noche de este miércoles hasta la mañana del jueves.
“Hemos reiterado que es un viento importante”, dijo Torres.
Debido a lo mismo, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) ha emitido distintos avisos y alertas para los tramos del territorio que están involucrados, porque se trata de fenómenos atmosféricos inusuales debido al acelerado cambio climático.
Sucede que cada día vivimos en un planeta más caliente producto de la actividad humana y las consecuencias están a la vista. Trenes con frentes de mal tiempo como que el que azotará a partir de esta tarde la Región Metropolitana.
Sequías, incendios, inundaciones y olas de calor se han convertido en algo común por todas las latitudes del globo.
A su vez, se dan cada vez con más frecuencia, mayor intensidad y se prolongan más en el tiempo, dejando tras de sí efectos negativos en la sociedad, la naturaleza y la economía de los que cuesta mucho recuperarse.
A pesar de que la ciencia advierte que es la quema de combustibles fósiles la principal causa del calentamiento global, los gobiernos y las empresas poco hacen para frenar las emisiones contaminantes. Lo mismo ocurre con las políticas medioambientales de prevención y adaptación ante la crisis climática, que brillan por su ausencia.
En este contexto, en vez de cambiar el rumbo, aceleramos en el camino equivocado. Estamos viendo cómo avanza la destrucción de bosques, la pérdida de glaciares, la degradación de nuestros ecosistemas y el aumento de gases de efecto invernadero, un combo que sólo agrava más la situación crítica que atravesamos.
En nuestro país la crisis climática muestran sus distintas caras: inundaciones y marejadas en Viña del Mar, olas de calor, la sequía prolongada por más de 14 años combinada con la inequidad en el acceso al agua y el derretimiento acelerado de los glaciares, son algunas de ellas.