Para aprovechar los días festivos de Semana Santa lejos de la ciudad, destinos como El Tabo, Viña del Mar, El Quisco, Algarrobo y Pichilemu han sido los elegidos por los habitantes de la región Metropolitana para conectar con la naturaleza y huir de todo lo demás. Muchos santiaguinos también visitarán El Cajón del Maipo, con toda su naturaleza, el río Maipo y sitios turísticos.
Por esta razón los espacios naturales, sus habitantes permanentes, la flora y la fauna esperan que esta Semana Santa los visitantes logren compatibilizar la afluencia multitudinaria con el cuidado del entorno.
Por esta razón también esperan que lleguen “turistas responsables”, que se diviertan y respeten las normas de comportamiento racionales.
Sin duda, las playas son el lugar de descanso preferido por los citadinos, que normalmente por descuido o falta de educación de algunos visitantes dejan estos sitios con exceso de basura, donde los días siguientes es posible encontrar colillas de cigarro, latas, vidrios, plásticos y tapas de botella.
Con respecto a esta situación el director de Biología Marina e investigador del Centro de Investigación Marino de Quintay (CIMARQ) de la Universidad Andrés Bello, Pablo Oyarzún, hizo un llamado advirtiendo acerca de la peligrosidad de estos residuos, ya que terminan situándose en el fondo marino y convirtiéndose en pequeñas partículas: microplásticos que constituyen un contaminante para animales y humanos, además de propiciar un mayor riesgo de infartos de miocardio, derrames cerebrales e incluso la muerte.
Debido a esta razón, el académico destaca que las consecuencias de estos desechos son catastróficos, porque “una simple colilla de cigarro puede contaminar hasta 50 litros de agua y su efecto puede durar años en el ecosistema. Contienen sustancias tóxicas como nicotina, arsénico y plomo, altamente perjudiciales para la vida marina y para nuestra salud”, asegura.
Sumado a esto, el Dr. Oyarzún sostuvo que, a pesar de que junto a estudiantes de Biología Marina de la UNAB realizan jornadas de limpieza, en las que han retirado más de 100 kilos de basura, esta situación problemática se repite todos los veranos.
Finalmente, aconsejó mantener el cuidado y respeto a las playas y sus ecosistemas, argumentando que “un pequeño cambio en nuestros hábitos puede marcar la diferencia para preservar estos valiosos ecosistemas para las futuras generaciones”.
Para 2025, es obligatorio que las botellas plásticas desechables incorporen al menos un 15% de plástico reciclado y recolectado en territorio nacional, con la proyección de alcanzar el 70% hacia el año 2060.
A partir del 13 de febrero del 2026, será imperativo que al interior de establecimientos de expendio de alimentos se entreguen productos de un solo uso, sea cual sea su composición. En tanto, fuera de estos locales, solo se podrá entregar productos desechables de materiales valorizables que no sean plásticos o, en su defecto, de plástico certificado.
En esta fecha, los supermercados también tendrán una obligación: exhibir en vitrinas un mínimo de 30% de botellas retornables.