CARLOS POPELKA / Ciudadano del mundo
Cuando la gente no tiene problema para tirar basura a la calle y en cualquier parte, menos tiempo tendrá para fijarse en el reciclaje, por ejemplo.
Cuando el chaparrón de publicidad para vender autos invade los canales de televisión en ciudades atiborradas de vehículos, donde a diario se producen peleas feroces, creo que sería mejor ocuparse de la salud mental de quienes manejan, que de poner más autos en las calles.
Cuando a propósito de salud, si al llegar al consultorio de parte de los guardias no existe el signo más básico de educación que es el saludo, uno se pregunta qué está pasando aquí, no solamente en la mente de ese guardia que no dice buenos días, sino que dice: “tiene número”.
Donde, en invierno, los perros están dentro del consultorio con calefacción y los abuelitos afuera. Personas de edad, que necesitan hacer vigilias eternas para obtener un examen, porque no deben tener para pagar uno en forma particular.
Es una sociedad que está en decadencia, donde la gente no se preocupa por el medio ambiente, que fundamentalmente nos permite vivir. Al parecer, estamos llegando al final de una etapa, donde el ser humano se olvidó que también es parte del sistema y del planeta.
Somos la única especie que producimos más de lo que necesitamos. No cuidamos nuestra alimentación, nuestro entorno, casi nada. En definitiva, si no cambiamos muchas de nuestras actitudes, nos estamos autodestruyendo más rápido de lo imaginado.
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