El Índice de Calidad de Vida Urbana 2024 (ICVU) revela que en cinco de las seis dimensiones analizadas más de la mitad de las comunas del país registra niveles medio bajo o bajo.
Una de las variables es la conectividad y la desconectividad, situación conocida por los habitantes de las zonas rurales y alejadas del centro de Santiago, como Buin, Lampa, Calera de Tango, Talagante y para “zonas rojas”, donde no pasa locomoción colectiva.
El estudio identifica brechas especialmente severas en salud y medioambiente, conectividad, empleo y vivienda, con un deterioro más marcado en la Región Metropolitana.
A casi 15 años de trabajo continuo la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica (PUC) presentaron este martes el Índice de Calidad de Vida Urbana 2024 (ICVU), un estudio que evalúa seis dimensiones clave en 99 comunas del país con más de 50 mil habitantes.
Conectividad y movilidad: Esta dimensión mide cuán fácil y accesible es el desplazamiento diario en la ciudad. Aquí, el 63% de las comunas se ubican en niveles medio bajo o bajo. Las más afectadas son ciudades intermedias como Linares, Ovalle, Molina, San Carlos y San Javier.
Vivienda y entorno: Evalúa las condiciones físicas y sociales del entorno donde viven las personas. En este caso, un 27,3% se encuentra en nivel alto, destacando Vitacura, Lo Barnechea, Las Condes, Puerto Varas y Punta Arenas y un 46% de las comunas se encuentra en niveles medio bajo o bajo. Con mayores carencias son Estación Central, La Cisterna, San Miguel, Independencia y Quinta Normal, todas en la Región Metropolitana.
Condiciones laborales: Esta dimensión considera la calidad y estabilidad del empleo. Un 53% de las comunas analizadas presentan niveles medio bajo o bajo. Entre las más afectadas están Cerro Navia, La Pintana, Lo Prado y La Granja en la Región Metropolitana, además de Tomé en la región del Biobío.
Ambiente de negocios: Mide el dinamismo económico y las condiciones para emprender o hacer crecer un negocio. Con respecto a esto, 22,2% tiene nivel alto, donde se encuentran Vitacura, Providencia, Ñuñoa, Lo Barnechea y Las Condes. El 59% de las comunas están en niveles medio bajo o bajo. Presentan mayores desafíos comunas como San Ramón, Cerro Navia, El Bosque y Lo Espejo en la RM, y también Hualpén.
Salud y medioambiente: Evalúa el acceso a servicios de salud y la calidad del entorno ambiental. El 64% de las comunas está en niveles medio bajo o bajo. Se ven especialmente afectadas Tomé, Chillán Viejo, Los Ángeles, San Carlos y Angol.
Condiciones socioculturales: Mide el acceso a oportunidades, bienestar y cohesión social. En esta dimensión, el 63% de las comunas está también en niveles medio bajo o bajo. Se destacan con más dificultades ciudades intermedias como Molina, Curicó y San Fernando, Alto Hospicio, y La Pintana en la Región Metropolitana.
Ante estos resultados, el Gerente de Estudios y Políticas Públicas de la CChC, Nicolás León, afirma que “es importante que estos datos no tengan una lectura negativa. Todo lo contrario, deben permitirnos visualizar oportunidades para mejorar la calidad de vida de la población que vive en estas comunas, siendo fundamental entender que ante estos problemas no se puede esperar que solo los municipios se hagan cargo, requiriendo de acciones municipales, pero también de otros actores regionales y sectoriales del país”.