Los materiales más reciclados en Chile son el cartón y el papel de embalaje con un 44,2%, mientras la tasa del reciclaje del vidrio alcanza un 33%, seguido del aluminio que representan un 14%.
El Medio Ambiente dio a conocer que el país produce anualmente cerca de 19,6 millones de toneladas de residuos, de esta cifra, un 96,7% es clasificado como no peligroso, hecho que tiene un carácter significativo en materia de reciclaje en nuestro país.
Según la decana de la Facultad de Ingeniería, Ciencias y Tecnología de la Universidad Bernardo O´Higgins (UBO), Katherine Delgado, del total de material reciclado no peligroso, sólo un 80% se elimina, mientras que el 20% restante se somete a procesos de valorización. Estadística que no ha variado mucho desde 2015.
A pesar de que, en 2018, estos procesos de valorización hayan aumentado levemente a un 22%, “la mayoría de los residuos continúan su camino hacia rellenos sanitarios o vertederos, lo que exige una respuesta más efectiva en la gestión de residuos y políticas de reciclaje”, destacó la académica.
Detalló que, “respecto a los plásticos, el PET, utilizado principalmente en botellas de bebidas tiene una tasa de reciclaje del 19%. El polietileno, presente en productos como bolsas y bidones, ostenta un 27%”.
La académica aseguró que todavía faltan políticas para que el país avance a la sostenibilidad y la cultura del reciclaje se instale en la sociedad. Por ejemplo, un obstáculo es la insuficiente infraestructura y financiamiento: «la construcción y mantenimiento de instalaciones adecuadas para el procesamiento de materiales reciclables requieren inversiones substanciales que no se han realizado de manera óptima, limitando la expansión y modernización necesarias”, menciona la académica.
A lo anterior, todavía hay una falta de concientización e información adecuada sobre el reciclaje, esto es la ausencia de programas educativos eficaces y campañas de sensibilización.
Por lo tanto, para avanzar hacia la sostenibilidad, la académica sugiere enfrentar estos dos obstáculos a través de la inversión en la expansión y modernización de las infraestructuras del reciclaje, esto es recolección, separación y procesamiento de residuos.
Además, financiar programas educativos sobre el reciclaje, enseñando las prácticas adecuadas de segregación de residuos y destacando sus beneficios ambientales
Finalmente, Delgado sostiene que promover la economía circular es fundamental, incentivando a que las empresas incorporen prácticas de producción sostenibles, al igual que revisar la legislación actual para una gestión de residuos más sólida y en línea con los tiempos que corren.