La sabiduría y el poder

La sensación y responsabilidad que conlleva un cargo de autoridad puede generar un sesgo cognitivo que induce a las personas a sobreestimar sus propias capacidades. Esta distorsión de la realidad puede llevarlas a creer que sus opiniones y decisiones son siempre las correctas.

Pedro Zamorano Piñats / Secretario General Cámara de Comercio San Bernardo

Es un hecho lamentable que algunas figuras de autoridad, al asumir sus cargos, caigan en la falsa creencia de que junto con la investidura también adquieren el conocimiento y la sabiduría necesarias para ejercer sus funciones de manera efectiva. Esta peligrosa confusión puede tener graves consecuencias, tanto para las personas que estas autoridades representan como para la sociedad en su conjunto.

Las raíces del error:

El sesgo de la posición: La sensación de poder y responsabilidad que conlleva un cargo de autoridad puede generar un sesgo cognitivo que induce a las personas a sobreestimar sus propias capacidades. Esta distorsión de la realidad puede llevarlas a creer que sus opiniones y decisiones son siempre las correctas, sin considerar otras perspectivas o puntos de vista.

La falta de humildad: La humildad es una virtud esencial para cualquier líder. Una persona humilde reconoce que no lo sabe todo y está abierta a aprender de los demás. Sin embargo, algunas figuras de autoridad se encierran en una torre de soberbia, creyendo que solo ellas poseen la verdad absoluta. Esta actitud las aleja de la posibilidad de crecimiento personal y profesional, y las convierte en líderes ineficaces.

El miedo a la crítica: El temor a ser cuestionados o criticados puede llevar a las autoridades a aferrarse a sus ideas y decisiones, incluso cuando éstas son erróneas. Esta actitud obstaculiza el diálogo y la búsqueda de soluciones consensuadas, lo que a su vez genera conflictos y estancamiento.

Las consecuencias del error:

Malas decisiones: Cuando las autoridades toman decisiones basándose en suposiciones erróneas o en una visión limitada de la realidad, las consecuencias pueden ser nefastas. Estas decisiones pueden afectar negativamente la vida de las personas que estas autoridades representan, generando problemas económicos, sociales e incluso políticos.

Pérdida de confianza: La falta de conocimiento y sabiduría de las autoridades erosiona la confianza que la sociedad deposita en ellas. Cuando las personas perciben que sus líderes no están capacitados para tomar decisiones acertadas, se desmotiva la participación ciudadana y se debilita la cohesión social.

Estancamiento y retroceso: Una sociedad liderada por personas que confunden investidura con sabiduría es una sociedad condenada al estancamiento y al retroceso. La falta de innovación, la incapacidad para adaptarse a los cambios y la resistencia al progreso son características comunes en este tipo de sociedades.

¿Cómo evitar el error?

Formación continua: Las autoridades deben asumir un compromiso permanente con la formación y el aprendizaje. Es fundamental que estén actualizadas en los diferentes ámbitos que competen a su cargo y que se abran a nuevas ideas y perspectivas.

Humildad y apertura al diálogo: La humildad es una virtud indispensable para cualquier líder. Una autoridad humilde reconoce que no tiene todas las respuestas y está abierta a escuchar las opiniones de los demás. El diálogo y la búsqueda de consenso son herramientas esenciales para la toma de decisiones acertadas.

Rendición de cuentas: Las autoridades deben ser transparentes y estar sujetas a mecanismos de rendición de cuentas. La posibilidad de ser cuestionados y evaluados por la sociedad los obliga a actuar con responsabilidad y a ser más cuidadosos al tomar decisiones.

En conclusión, el error de las autoridades que confunden investidura con sabiduría es un problema grave que puede tener consecuencias nefastas para la sociedad. Es fundamental que las autoridades asuman un compromiso con la formación continua, la humildad y la rendición de cuentas para evitar caer en este error y ejercer sus cargos de manera efectiva y responsable.

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