Puentes exhibiendo la socavación de sus pilares fundacionales y un visible cambio en la fisonomía del lecho de varios tramos del río Maipo son la consecuencia de la desmedida extracción de áridos que se desarrolla en la Región Metropolitana. Una actividad que provee de materia prima a la industria de la construcción afectando la cuenca, el curso del agua, la flora y fauna ribereña y las obras de infraestructura construidas a la vera del río.
Así comienza un reportaje publicado en el diario La Tercera donde indica también, que la extracción desmedida afecta la captación de aguas y la estabilidad de obras de infraestructura, que el problema de socavación de los pilares de los puentes Los Morros como Acceso Sur a Santiago frente a crecidas desmedidas del río puede llegar a tener serias consecuencias
“En el límite entre la zona de excavación y el lecho natural del río, la extracción de áridos produce una depresión brusca en el fondo del cauce que genera un aumento local de la pendiente y, por consiguiente, de la velocidad del flujo, con la consiguiente socavación del cauce. Este fenómeno se traslada hacia aguas arriba y deja en situación vulnerable a las estructuras fundadas en el cauce. El fenómeno se denomina erosión regresiva o retrógrada y hace que la base de las estructuras quede sin soporte generando su falla por hundimiento.
Lo anterior, dice la Junta de vigilancia del río Maipo, primera sección, impacta el curso normal del agua, que muchas veces se desplaza, destruye el hábitat de especies, contribuye a los fenómenos aluvionales, afecta la captación de aguas y la estabilidad de obras de infraestructura tales como las fundaciones de puentes, ductos y bocatomas.
Este deterioro ha sido también parte de la preocupación de quienes conviven en la primera sección del río Maipo. Ejemplo de ello son las gestiones ante la autoridad lideradas por la Asociación de Canalistas del Maipo para exponer el problema de socavación de los pilares de los puentes Los Morros y Acceso Sur a Santiago como consecuencia de las extracciones no controladas. El daño estructural de ambos puentes frente a crecidas desmedidas del río puede llegar a ser irreversible.
“Hay un fenómeno sumamente activo desde el punto de vista de la degradación del lecho por la extracción indiscriminada de áridos que existe en la primera sección del río Maipo y llega abajo, prácticamente hasta el puente Lonquén. En estos últimos 28 años, me ha tocado manejar técnicamente esta situación tres veces y, ahora, por cuarta vez, estamos planificando un proyecto de protección y refuerzo de fundaciones de bocatomas, que consiste en construir un socalzado o forro de hormigón armado para reforzar las estructuras que han quedado sin fundación en el lecho del río”, explica Carlos Croxatto, ingeniero civil y asesor de la Asociación Canales Unidos de Buin.
FUENTE / La Tercera