Cortes de luz, voladuras de techos, colapsos de resumideros de agua lluvia, calles inundadas, damnificados y suspensiones de clases
El segundo sistema frontal de los llamados “tren de frentes” resultó también ser feroz. Nuevamente remeció al centro sur del país, con cortes de luz, voladuras de techos, colapsos de resumideros de agua lluvia, calles inundadas, damnificados y suspensiones de clases en 294 establecimientos educacionales
Las regiones de El Maule a Los Ríos fueron sacudidas por vientos sobre 100 kilómetros por hora y la costa de O’Higgins azotada por una fuerte tormenta eléctrica de más de 80 rayos en una hora.
A la Región Metropolitana el evento llegó alrededor de la media noche de este domingo con intenso viento que provocó cortes de luz . Hasta las 7:00 horas de este lunes se habían contabilizado 28 milímetros (mm) de agua caída en el centro de Santiago y en el sector sur de la capital, más de 40 mm, más o menos 6 mm por hora, una lluvia definitivamente intensa, con vientos de hasta 50 km/h.
Eventos con mucha violencia y en lapsos muy cortos como el que sucedió este fin de semana en el centro sur del país, son principalmente efectos del cambio climático.
Y, es evidente que el planeta necesita ayuda, pues a pesar de los grandes avances y el aumento de la conciencia ambiental, la lucha contra el calentamiento global se ha vuelto cada vez más difícil, pero ¿Realmente es salvar el planeta o es solo un sueño?
Durante muchos años se creyó que el calentamiento global era un mito inventado por los ambientalistas, pero hoy en día el aumento en la contaminación y sus consecuencias son algo realmente evidente e innegable.
Cada día hay más evidencia sobre el aumento de las temperaturas, el deshielo de los polos y los fenómenos meteorológicos lo que ha causado un gran aumento en la conciencia ambiental, pero también una gran preocupación a nivel mundial.
Esta gran preocupación se debe principalmente a la información contradictoria que constantemente estamos recibiendo, pues por un lado tenemos discursos esperanzadores que nos dicen que invitan a querer salvar el mundo, mientras que en el otro extremo nos dicen que ya no hay vuelta atrás.
En búsqueda de soluciones para combatir el cambio climático, las energías renovables han cobrado un gran protagonismo gracias a las innovaciones cada vez más novedosas como los incentivos políticos y por supuesto el aumento de la conciencia ambiental.
Según GlobalData, la capacidad instalada de energía renovable a nivel mundial ha mostrado un crecimiento impresionante, pasando de 0,93 teravatios (TW) en 2015 a 3,42 TW a finales de 2024, lo que representa una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 16%.
Y las proyecciones son aún más ambiciosas, pues se estima que esta capacidad aumente a 11,2 TW en 2035, lo que implicaría un crecimiento del 11% anual entre 2024 y 2035, un crecimiento enorme que está liderado principalmente por la energía solar fotovoltaica (FV) y la energía eólica.
Además, la inteligencia artificial (IA) está jugando un papel transformador en el sector de las energías renovables, pues los algoritmos optimizan la forma en que se produce la energía, mejoran los sistemas de almacenamiento y por si fuera poco mejoran la gestión de la red en tiempo real.
La generación de energía renovable estableció un nuevo récord en 2024, alcanzando 585 GW y constituyendo el 92,5% de la expansión total de la capacidad energética a nivel mundial, pero a pesar de estos grandes avances la lucha por salvar el planeta está lejos de concluir.
Asimismo, el crecimiento de las renovables no es uniforme a nivel global, pues en realidad son Asia, y China quienes lideran la mayor proporción del crecimiento, aportando casi el 64% de la capacidad añadida global en 2024, mientras que regiones como Centroamérica y el Caribe solo contribuyeron con un 3.2%.
Entonces ¿Aún hay esperanza? La respuesta es sí, pues aunque no sabemos con detalle cómo evolucionará el calentamiento global, los datos nos demuestran que hemos avanzado de manera significativa, sin embargo, aún queda mucho por hacer pues la meta de transicionar a energías más limpias es trabajo de todos, por lo que debemos seguir promoviendo el uso sistemas más amigables con nuestro planeta, como las tejas globales.
FUENTE E IMAGENES/ : National Geographic / Metrored / España