Una zona exterior como un jardín, una terraza o un balcón, pide un huerto urbano. Además, permite comer lo que uno mismo cultiva, sus frutos están libre de pesticidas.
Los huertos urbanos son una tendencia en alza. Cada vez más extendidos en terrazas, áticos, jardines y balcones, se han convertido en una alternativa para conectar con la naturaleza, al mismo tiempo que permiten disfrutar de alimentos más saludables. Eso sin contar la satisfacción de poder disfrutar de un fruto sembrado, cultivado y recogido con las propias manos.
En Santiago existen algunas experiencias de hoteles que sirven a sus pasajeros alimentos cultivados en sus instalaciones. Por ejemplo, el hotel Mandarín, ubicado en la comuna de Vitacura, junto con Enel X, hace poco más de tres años comenzaron un proyecto llamado “Azotea Viva”. Consiste en posibilitar el consumo de alimentos orgánicos y sustentables, que provienen de un cultivo alimentado por energía solar, de manera de contribuir a la neutralización de la huella de carbono de los pasajeros en su estada.
Un huerto urbano es un espacio ubicado generalmente en el exterior y destinado a cultivar plantas de exterior como hortalizas, verduras, legumbres, plantas aromáticasa pequeña escala y, generalmente, destinadas al autoconsumo.
Practicar la jardinería y el cultuivo de alimentos tiene muchos beneficios y lo mismo sucede si se tiene un huerto urbano en el hogar. Estas son las ventajas que conlleva:
Principalmente, en las ciudades y zonas urbanas, se convierten en pequeños pulmones, que purifican el aire.
Un huerto urbano proporciona alimentos sanos y nutritivos, con el sabor auténtico de las hortalizas.
Es una actividad relajante y saludable, que implica hacer un poco de ejercicio aeróbico, lo cual tiene consecuencias muy favorables para la salud.
Es una manera de valorar el medio ambiente y la naturaleza, poniéndonos en una mayor conexión con ella.
La jardinería urbana sensibiliza ante los procesos productivos y la calidad de las frutas y hortalizas que compramos en el mercado o el súper, teniendo aún más en cuenta no solo su sabor y calidad, sino también sus métodos de producción, valorando más los cultivos ecológicos.