A las 06:03 AM de este jueves 20 de marzo, oficialmente puso fin al verano, dando paso al otoño 2025. De esta manera, en los próximos días comenzaremos a experimentar un paulatino descenso en las temperaturas máximas.
Los próximos meses se caracterizarán, precisamente, por un clima más frío, pero además, también por mayor concentración de polvos contaminantes y circulación de virus, razón por la cual, el Ministerio de Salud adelantó la campaña de vacunación 2025.
El otoño tiene una duración meteorológica de tres meses, por lo que se extenderá hasta el próximo 20 de junio.
Ese mismo día se dará inicio al invierno del 2025, que al igual que la estación que la precede, también durará tres meses, aunque en realidad será un poco más, ya que la primavera llegará a Chile el 22 de septiembre del 2025.
Cabe mencionar que otra de las características que trae consigo el otoño es también el cambio de horario. El próximo 5 de abril, todos los chilenos (salvo en la Región de Magallanes) tendremos que retroceder los relojes en 60 minutos, para dar el inicio al horario de invierno.
Se termina el verano y con esto el calor extremo, pero no por ello los fenómenos que se producen por el cambio climático disminuyen. De acuerdo con el agroclimatólogo de la UTalca, Patricio González, el otoño se ha transformado en una extensión del verano, con una proyección de temperaturas por los 25 grados hasta los primeros días de abril.
“Tras esto se viene un otoño muy corto, más bien es una transición térmica para entrar a un invierno que va a empezar en mayo y durará hasta julio, y en agosto ya empiezan las características primaverales”, explicó.
El académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA U. Talca), “la tierra está en 1,75°C por sobre el promedio, lo que genera un calentamiento adicional atmosférico que provoca que, en los climas mediterráneos, se pierda la estacionalidad”.
El agroclimatólogo proyectó que, entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía se registrarán temperaturas extremas durante el otoño e invierno, es decir “bajas de 3 a 4 grados bajo cero, heladas, como también lluvias muy intensas en corto plazo, seguidas de semanas sin precipitaciones o un mes en que no llueva nada y al siguiente lluevan 300 mm en dos días. Así ha sido la tónica de estos últimos 5 años”.
Además, explicó que el fenómeno de La Niña está llegando a su fin, “ha sido muy corto y débil, va a terminar por abril, máximo los primeros días de mayo. Después viene un niño neutral. El Pacífico va a estar -de acuerdo a los modelos probabilísticos- todo el invierno en una situación neutral, es decir ni evento del niño cálido ni evento de la niña frío”, especificó.
González enfatizó que debido al evento de La Niña es probable que la lluvia intensa se retrase hasta mediados de mayo, “pero una vez que empiecen van a ser extremadamente aleatorias y eso es poco manejable para la planificación urbana ante posibles inundaciones, con la probable apareción de ríos atmosféricos”, advirtió.
Es por esto que, el experto recalcó que “vamos a tener que acostumbrarnos a los extremos de lluvia, los que son muy peligrosos, ríos atmosféricos que pueden alcanzar categoría 4 a 5, muy destructivos para la inundación en las ciudades y para la afectación de la zona agrícola en la parte rural, por lo cual es muy aleatorio lo que se va a presentar durante el otoño e invierno. El cambio climático se ha ido acelerando más rápido que la capacidad de adaptación urbana y rural”, concluyó.