Han sido clave en la temporada de verano porque combinan funcionalidad con estilo. Desde modelos de ala ancha en colores oscuros, pasando por los realizados al crochet hasta los infaltables estilo vaquero, este accesorio ya forma parte de los outfits de quienes veranean en las playas del país y para quienes han programado sus vacaciones en esta última quincena de febrero.
De día, en tonos claros para completar un look playero. De noche, como un accesorio de estilo. Sin importar el horario, los sombreros coparon el verano de las playas nacionales y se convirtieron en una prenda infaltable entre quienes vacacionan en el litoral.
Uno de los diseños más destacados es el sombrero vaquero -o cowboy-, confeccionado en materiales que simulan paja tejida, decorado con detalles como cintas de leopardo, tachas, plumas, adornos metálicos o parches de tela. Los sombreros vaqueros destacan por su textura de paja tejida y detalles decorativos como cintas, tachas, plumas y bordado.
Los diferentes modelos son un indicador social: el polo, el tenis, hablan de un estilo de vida, ya sea real o imaginario. Desde el clásico sombrero cowboy, que transmite una imagen de aventura y poder, hasta el panamá de paja asociado al ambiente playero, cada diseño “redefine posturas y símbolos sociales.
El sombrero no solo complementa el vestuario, sino que es una prolongación del yo corporal, que aporta altura y ‘obliga’ a que el otro nos mire. Más allá de su función práctica o decorativa, su elección es “más discursiva, más simbólica, y funciona como un signo”.
Si de colores tendencia se habla, los tonos marrones y suela predominan en los sombreros para la playa, consolidando su estética cálida y natural.
Durante el día, los sombreros de colores claros se imponen como la opción favorita para la playa y actividades al aire libre
El sombrero es un complemento que cubre del sol, pero cuya elección es profundamente simbólica. Al final, la moda utiliza este accesorio para marcar tanto pertenencias como individualidad.
El sombrero distingue, segmenta y hace que las personas sean interesantes. Este complemento es un adorno “de gran elocuencia, discursivo, que habla sin sonido”.