El 17 de mayo se conmemoró el Día Internacional del Reciclaje y, de acuerdo con cifras de la ONU, cada año se producen a nivel mundial más de 430 millones de toneladas de plástico y dos tercios se tiran a la basura.
En cuanto a la realidad local, la Asociación Gremial de Industriales del Plástico, detalla que en el año 2022 en Chile se consumieron 1 millón 375 mil toneladas de productos derivados de este material, de los que se recicló un 7,8%, equivalentes a 106.870 toneladas.
Desde Greenpeace Chile, evidencian que, “el hecho de que en plásticos la cifra de reciclaje no alcance el 8%, nos dice que la mayoría de estos residuos van a parar a los vertederos, desencadenando una serie de problemas ambientales”.
Y esta es situación es grave, porque está transformándose en un arma mortal. Se trataría del aniquilamiento de la raza humana y de la vida como se conoce en la actualidad. Según un estudio publicado en la revista Toxicological Sciences de la Universidad de Oxford, los microplásticos y nanoplásticos nocivos no solo se pueden encontrar en la placenta, en el torrente sanguíneo o en los pulmones, afectando a nuestra salud, sino también en los testículos humanos. Los investigadores afirman que el descubrimiento podría estar relacionado con la disminución del número de espermatozoides en los hombres.
Los científicos apuntan a la relación entre la disminución del número de espermatozoides con la presencia de estas microsustancias y el impacto que éste tiene con el sistema reproductor humano.
Tras obtener 23 testículos humanospostmortem y47 testículos de perros de compañía procedentes de castraciones veterinarias, los investigadores utilizaron un proceso denominado pirólisis-cromatografía de gases/espectrometría de masas (Py-GC/MS), calentando las muestras hasta el punto de descomposición. A continuación, se separó lo que quedaba y se examinó para detectar la presencia de microplásticos mediante equipos de alta sensibilidad.
El estudio reveló la presencia de microplásticos en todos los testículos caninos y humanos. Ambos muestran proporciones relativamente similares de los principales tipos de polímeros, siendo el PE (polietileno) más común, seguido de PVC.
Los testículos humanos presentaban una concentración de plástico casi tres veces superior a la hallada en los testículos caninos: 330 microgramos por gramo de tejido frente a 123 microgramos.
Estos resultados ponen de manifiesto la presencia generalizada de microplásticos en el aparato reproductor masculino, tanto en testículos caninos como humanos, con posibles consecuencias para la fertilidad masculina.
“Al principio, dudaba de que los microplásticos pudieran penetrar en el aparato reproductor”, afirmaba Xiaozhong Yu, coautor del estudio, en una entrevista reciente con The Guardian. “Cuando recibí los resultados de los perros, me sorprendí. Me sorprendí aún más cuando recibí los resultados de los humanos”.
Los testículos analizados se obtuvieron de autopsias realizadas en 2016, y la edad de los hombres oscilaba entre los 16 y los 88 años cuando murieron. “El impacto en las generaciones más jóvenes podría ser más preocupante”, comentaba Yu, debido a la presencia de más plástico que nunca en el medio ambiente.
Con estas conclusiones, los expertos afirman que estos nuevos hallazgos podrían respaldar la teoría actual de que los microplásticos contribuyen al descenso global del recuento de espermatozoides. Hay indicios claros de que los microplásticos pueden aumentar el riesgo de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, entre otras complicaciones como la inflamación de los tejidos, aunque el alcance total de los efectos de los microplásticos sobre la salud sigue siendo desconocido.