Cuando las primeras rachas de calor del verano se asoman y las altas temperaturas ya han comenzado a sentirse, Conaf apretó el botón rojo en Talagante y otras provincias de la región Metropolitana sur esta semana. De hecho, se esperan noches candentes a contar de mañana jueves y temperaturas máximas para el próximo fin de semana que podrían llegar hasta los 37°.
Con este panorama también surge el peligro de incendios por diferentes razones y que deben evitarse. Susana Fuentez, Doctora en Relaciones Internacionales – Ingeniero en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente, impulsora principal respecto a la Gestión del Riesgo de Desastres y la Continuidad del Negocio para el Sector Privado, miembro de la Junta Directiva de la Alianza del Sector Privado (ARISE) de la Oficina de Naciones Unidas, indica que existen varias acciones para prevenir siniestros.
“Los incendios en inmuebles y en zonas rurales como siniestros forestales son una feroz amenaza en esta época, donde estos desastres se producen principalmente por actividades humanas. Por ello, se sostiene que los desastres no son naturales, son sociales. Entonces, para evitar tragedias es necesario tener cuidado y preocuparse de lo que cada persona hace.
Para no correr peligro de sucumbir ante eventos desdichados es importante preocuparse un poco en las ciudades y zonas rurales, como por ejemplo, limpiar techos y canaletas para sacar las hojas secas, no eliminar deshechos vegetales o domésticos usando fuego, abstenerse de usar herramientas que generen chispas en espacios abiertos como soldadoras, motosierras, galleteras o sierras eléctricas.
En zonas rurales limpiar vegetación circundante a las viviendas, mantener los caminos despejados, construir corta fuegos, evitar la manipulación de fuentes de calor en zonas donde existe vegetación seca o materiales inflamables, no dejar colcillas de cigarros mal apagados o vidrios expuestos al sol”.
El botón rojo es un sistema tecnológico que utiliza Conaf para predecir aquellas áreas donde podrían producirse incendio de magnitud y forestales. . Este pronóstico se basa en varios factores, entre ellos la temperatura ambiente, la humedad relativa del aire, velocidad del viento y la cantidad de vegetación muerta y seca.