JULIO CÉSAR MARTÍNEZ / colaborador /
Pasado el discurso del Presiente, Gabriel Boric, me dediqué a seguir las publicaciones de los medios oficiales, televisión abierta periódicos impresos ahora digitales también. A su vez, he seguido con mucha atención las redes sociales, fundamentalmente tik-tok e instagram, los más visitados.
El tema es que son dos maneras de ver la realidad totalmente distintas. Y lo que pasó con el sexto retiro es el espejo de la sociedad. La indignación expuesta en las redes sociales se contraponía a los matinales que según sus editoriales, el problema de la gente pasa por controles de tránsito, el clima o el desalojo de unas tomas, más que las angustias de muchas familias por sobrevivir.
Las personas que se instalan en las “colas” de las ferias cada vez son más, vendiendo lo poco y nada que les quedó después de la pandemia. Para ellos, los anuncios de bilz y pap del gobierno no son muy alagüeños en lo que se refiere a lo económico. Mejor dicho, nada. El sueldo mínimo no alcanza. Los chilenos tienen que comprar en Argentina.
En San Bernardo el centro no logra ni logrará sacudirse de los comerciantes ambulantes que se diluyen durante las rondas policiales. Se van unos y llegan nuevos. Hoy las veredas nuevamente están copadas de ilegales. Sucede que los ingresos por actividades informales son más lucrativos que los sueldos de empleos formales en el caso de una persona que debe mantener una familia.
Un diputado dijo después de la votación del sexto retiro que estamos viviendo en el peor de los mundos. En todo caso, el panorama es incierto si el futuro de la economía depende del “Pacto tributario”. A esto hay que agregar la realidad de la salud pública y la educación, porque los profesores ya anunciaron paro en junio.
Este sábado en el frontis de la Biblioteca Nacional se desplegó una manifestación contra la guerra entre Rusia y Ucrania. Caminaba por la Alameda cuando ocurrió, entonces pensé que tenían razón las manifestantes, mujeres en su mayoría, porque si esa guerra sigue escalando y comienzan a dispararse armas nucleares, poco efecto tendrá el ahora “Pacto Social”, que anda promocionando el ministro Marcel.
IMAGEN / J.C. Martínez
