CARLOS POPELKA / Ciudadano del mundo
Camino a mi casa enhebraba mentalmente una serie de cosas que me afectaban. Vivo en una zona rural, donde pasan autos a velocidades desquiciadas para las posibilidades que brinda el camino. Y, justamente, una de ellas tenía que ver con este tema. Pensaba en la posibilidad de poner “lomos de toro”, para que la gente sin auto también se desplace segura, sin temor que pase un tipo a exceso de velocidad y lo atropelle.
Lomos de toro para el sector sur poniente de San Bernardo. Catemito, El Barrancón, Santa Teresa, con lomos de toro, para seguridad de los vecinos. Y con autos sin vidrios polarizados.
Otro tema es la basura. Primero tenemos que enseñar a los niños que envoltorios no deben tirarse a la calle. Cuando aprendan eso y el niño producto de un gesto voluntario, él solo guarde su envase para tirarlo luego en el recipiente de basura, le enseñamos a reciclar, reutilizar y reducir. También le explicamos en este proceso porque es importante realizar estas acciones. Tendríamos cuadras, barrios, caminos y ciudades más limpia. Viviríamos mejor.
Asimismo, no nos encontraríamos con la cantidad de basura que se acumula permanentemente en el canal Espejino, por ejemplo, a la altura del puente de “Los Burros”, en la entrada o salida sur de San Bernardo. El Delegado Presidencial declaraba hace poco en una entrevista que el problema de los basurales clandestinos en el río Maipo es grave y están realizando proyectos necesarios para terminar con esa práctica irracional.
Cómo es posible que ciertas personas no respeten la salud de nadie, ni de sus propias familias. El río Maipo representa la principal hoya hidrográfica de toda la región Metropolitana, surte de agua a la gran mayoría de sus habitantes y riega las huertas que se despliegan a lo largo de su cauce. Son tierras de parceleros que luego venden sus productos en la Vega y Lo Valledor. Alimento que llegará a sus mismas casas, regados con agua contaminada y recargada de basura.
La lista sigue. Por eso, en un próximo artículo mi opinión sobre los comerciantes ambulantes que impiden el libre desplazamiento por las calles céntricas, otros que se roban los carros de los supermercados para venderlos en la feria.
En todo caso, creo que todo recae en el tipo de educación que impartamos a nuestros hijos, nietos y bisnietos, porque para muchos es más importante el pick de sintonía y la mejor noche del Festival de Viña, que tratar de contribuir en estos otros temas. Como decía al comienzo, son cosas que me afectan, porque tenemos que educar más para dejar un planeta mejor.