CARLOS POPELKA / Ciudadano del mundo
Una muchacha le comentaba a otra que trabajaba en una empresa dedicada a la construcción y que en ese lugar para evitar todo tipo de gastos extras le pedían a las personas que los reclamos “debían ser por escrito”.
Esto, continuaba explicando la jovencita, evitaba en un gran porcentaje reparar, arreglar terminaciones mal hechas, falta de pinturas, poner bien canaletas que quedaban con algún problema, goteras y todo lo imaginable.
Son “patrañas”, “artilugios”, que utilizan los más instruidos para sacar la castaña con la mano del gato. Son acciones que multiplicadas en varios ámbitos impiden progresar al país y nos mantienen sumidos en el subdesarrollo. Haciendo pillerías y las cosas mal no prosperamos. Entonces, después nos preguntamos por qué en Europa sí avanzan y nosotros no.
Es simple, porque allá las multas y penas son tan fuertes, que les impide reincidir. En Alemania, por ejemplo, los reclamos se dejan por escrito. Pero después no existe la posibilidad de ir donde el compadre para que “se mueva” rebaje las penas y puedan seguir ocupando “patrañas” y “artilugios”. Por algo, la basura no se tira en la calle y las ciudades son limpias.
Nuevamente pensé en las personas de tercera edad, porque pertenezco a ese nivel etario y uno se identifica con sus semejantes. Entonces, qué pasa con los adultos mayores que no tienen la posibilidad de un hijo o un nieto que haga el reclamo por “escrito”. Gente que no sabe leer ni escribir. Antes era gente que venía del campo, de lugares apartados. Hoy, además, deben manejar computadores, internet, e-mail. Y este ejemplo se puede extrapolar a todo tipo de actividades también. Lo peor que ésta es una costumbre común en los sistemas estatales: “Todo por escrito”.
Y sobre el analfabetismo es posible que en la actualidad el porcentaje sea mayor en este país, porque la deserción escolar es preocupante. Muchachas y muchachos que prefieren emprender otra carrera, donde no es necesario leer ni escribir. Donde “patrañas” o “artilugios” tienen otro tipo de características como los abordazos o portonazos, que son más rápidas y rentables, que una carrera universitaria.
