En una semana más comienzan los tradicionales meses de vacaciones para los chilenos, enero y febrero, pese a todos los problemas económicos sigue siendo la temporada más fuerte para el turismo. Sin embargo, el planeta y el medio ambiente no toman vacaciones ningún mes del año, es por ello, que se necesita pensar en viajes amigables con la naturaleza, su flora y su fauna.
La idea es hacer un turismo responsable y también cuidar la ruta y el destino escogido. Por ejemplo, armando un kit de viaje evitando plásticos en general y de un solo uso particularmente. Es mejor usar bolsas de telas, sorbete de metal y botella y cubiertos reutilizables.
Una vez en viaje, antes de salir cada día y dependiendo de las actividades que se planifiquen, salir preparado para cualquier compra necesaria en el camino.
Que el dinero quede en las personas que realmente viven allí es una forma de apostar por una industria turística más ética. Hay muchas comunidades locales que dependen del turismo como su principal fuente de ingresos y tu compra es una forma de apoyarlos.
Sucede que el consumo desenfrenado de productos desechables ha traido mayor generación de residuos, que pone en peligro a los ecosistemas de la Tierra, degrada la calidad del ambiente y dificulta a millones el acceso a bienes de consumo.
Ante un panorama como este, surge la alternativa de reusar, reducir y reciclar, conocida como 3R. Se trata de un modelo de consumo sostenible.
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