De Karl Marx a la Inteligencia Artificial

Desde que Karl Marx, un sociólogo, historiador y economista, autor de El Capital, que  nació en Prusia (Berlín) en 1818 y vivió en París, Bruselas, Londres y otros lugares de Europa, escribiera su obra El Capital, hasta el año 2025 efectivamente se desató toda una revolución.

Desde los trabajadores asalariados del siglo XX y los emprendedores del siglo XXI existe una transformación significativa en la forma que se trabaja y se participa, en medio de un panorama global que continúa transformándose con vértigo.

En el Siglo XX la mayoría de los trabajadores asalariados buscaban estabilidad laboral, con empleos en empresas grandes, contratos fijos y beneficios sociales garantizados, donde la relación era principalmente de dependencia, con un empleador que ofrecía seguridad y beneficios a cambio del trabajo del empleado.

La educación formal y la especialización en un campo específico eran clave para obtener un empleo estable. La comunicación y el trabajo estaban limitados por las tecnologías de la época, con oficinas físicas y comunicación tradicional.

La motivación principal era la estabilidad económica y la seguridad laboral. Los empleos asalariados contribuían a la estabilidad social y económica a través de beneficios y derechos laborales.

Hoy  existen emprendedores. Trabajadores por cuenta propia que disfrutan de mayor flexibilidad, pudiendo gestionar sus horarios y proyectos, aunque enfrentan mayor incertidumbre y riesgos. Los emprendedores trabajan de manera autónoma, creando sus propios negocios o proyectos, asumiendo la responsabilidad total de su éxito o fracaso.

La adaptabilidad, la innovación y las habilidades digitales son fundamentales, y muchos emprendedores aprenden en el camino, adaptándose rápidamente a los cambios del mercado.

La tecnología digital permite a los emprendedores trabajar desde cualquier lugar, conectarse globalmente y acceder a mercados internacionales con facilidad. Muchos emprendedores buscan realización personal, innovación y un impacto social, además de la rentabilidad económica.

Los trabajadores por cuenta propia, desde pequeños comerciantes hasta freelancers en tecnología, arte y servicios, representan una fuerza vital en la economía moderna. Sin horarios fijos ni garantías laborales, enfrentan desafíos únicos.

En más de dos siglos el cambio ha sido profundo y sustancial. En 2025 vivimos en un contexto donde las leyes laborales tradicionales aún no protegen completamente a estos emprendedores, por ello, su labor adquiere un valor aún mayor.

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