Nuria Serra Alsina: “Gracias por mantener vivo el legado de mi tío, Joan Alsina”

Nuria Serra Alsina se encuentra en San Bernardo y en Chile por primera vez. Se bajó del avión que la trajo desde Barcelona y se dirigió de inmediato al cementerio Parroquial de San Bernardo, donde se encuentran los restos de su tío el sacerdote Joan Alsina.

Joan Alsina fue fusilado el 19 de septiembre de 1973 por un grupo de efectivos militares pertenecientes a un Batallón del Regimiento Yungay de San Felipe quienes allanaron el hospital San Juan de Dios, donde se desempeñaba . Fue llevado detenido al Internado Nacional Barros Arana  y en la noche fue conducido al Puente Bulnes, donde lo fusilaron. Su trabajo pastoral lo realizaba en la población José María Caro y vivía en San Bernardo. 

Hasta ese lugar llegó Nuria en víspera de Navidad. Allí la esperaban Carlos Otárola,  Germán Venegas, Luis Platoni, entre otras personas que durante estos casi 50 años desde que ocurrió su asesinato se han preocupado de mantener viva su memoria y su legado.

La sobrina del sacerdote manifestó su gratitud y emoción al encontrarse en el lugar donde normalmente se realizan visitas para mantener vivo su recuerdo. Nuria expresó que en su familia siempre estaba presente el espíritu de su tío y agradecía principalmente a estas personas por preocuparse de mantener vigente el legado de Joan Alsina.

Frente a la tumba del sacerdote Nuria expresó “Gracias por mantener vivo el legado de mi tío. En este lugar siento que aún se mantiene su esencia viva por el trabajo y la dedicación de todos ustedes. Gracias al pueblo de San Bernardo por esto tan maravilloso”.

Durante esta semana Nuria Serra Alsina visitará el consultorio que lleva el nombre del sacerdote, también se reunirá con el alcalde Christopher White y el Concejo comunal.

El próximo año se cumplen 50 años del fusilamiento del “cura obrero”, que estudió en el seminario de Gerona. Fue ordenado sacerdote el 30 de agosto de 1966 y al iniciar sus labores pastorales, tenía la esperanza de partir al extranjero como misionero, así se lo contaba a sus cercanos “siento que Dios me llama para ir a misiones y quiero prepararme bien”. Fue así   como  llegó a Chile el 30 de enero de 1967 a vivir a una comunidad de sacerdotes catalanes en la comuna de San Bernardo.

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