Los países productores de petróleo se han negado a firmar un acuerdo para reducir la producción de plástico además de limitar el uso de ciertos compuestos químicos y tan solo se mostraron favorables a fomentar su reciclaje.
JULIO CÉSAR MARTÍNEZ /
“El impulso internacional para lograr un acuerdo jurídicamente vinculante para acabar con la contaminación por plásticos resultó estar fuera del alcance de los Estados reunidos en Ginebra, al acordar reanudar las discusiones en una fecha futura.
Han sido 10 días de arduas negociaciones en un contexto de complejidades geopolíticas, desafíos económicos y tensiones multilaterales”, dijo la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entidad que impulsó la reunión, efectuada entre el 5 y el 15 de agosto de 2025.
En definitiva, escribe la periodista, Valentina Raffio, de El Periódico.com, de Barcelona,
Ginebra no logró sellar el ansiado tratado global para reducir el impacto del plástico en el mundo: “Hemos perdido una oportunidad histórica”.
Los países productores de petróleo se han negado a firmar un acuerdo para reducir la producción de este material y limitar el uso de ciertos compuestos químicos y tan solo se han mostrado favorables a fomentar su reciclaje.
En todas sus formas y colores, los plásticos ya invaden nuestros mares, nuestros bosques y nuestras ciudades. Se cuelan en los alimentos que comemos, en el aire que respiramos y en la tierra que pisamos. Y, según apuntan cientos de estudios, ya se han infiltrado en nuestra sangre, nuestros órganos internos y en nuestras células reproductoras.
Durante dos semanas, 184 países se reunieron en Ginebra para intentar poner fin a este problema pero, tras unas convulsas negociaciones marcadas por disputas geopolíticas y la aplastante presencia de los lobbies del sector, la Asamblea de Naciones Unidas ha cerrado esta semana su reunión sin un acuerdo sobre el ansiado primer tratado global contra los plásticos .
La decisión, que aspiraba a convertirse en el pacto ambiental más importante desde el Acuerdo de París, decepcionó. “Hemos perdido una oportunidad histórica”, ha denunciado la portavoz de Noruega en este encuentro.
El acuerdo no se ha bloqueado por disputas menores o por mensajes entre líneas sino por el choque frontal entre dos bloques. Por un lado, una coalición de más de 100 países, incluidos los miembros de la Unión Europea, estados insulares del Pacífico y varios gobiernos de América Latina y África, han defendido la necesidad de un “acuerdo ambicioso” en el que se establecieran “límites globales obligatorios” a la producción de plástico, la eliminación de plásticos de un solo uso en todo el mundo y la prohibición del uso de químicos potencialmente peligrosos en la elaboración de este material.
Mientras, por otro lado, un bloque de potencias productoras de petróleo liderado por Estados Unidos, China, Arabia Saudí y Rusia ha defendido la elaboración de un tratado centrado casi exclusivamente en mejorar la gestión de residuos y el reciclaje. En ambos casos, las partes se han anclado a sus posiciones y han afirmado que no estaban dispuestas a ceder ante un acuerdo que no respetara su visión.
Varias coaliciones de científicos y plataformas ambientalistas, por su parte, también afirmaron que los textos puestos sobre la mesa durante la reunión suponían “una rendición a los intereses de los petroestados y a la industria petroquímica” y “retroceso político grave” que “traiciona el mandato original de este acuerdo, desoye los derechos humanos y ambientales, y pone en riesgo el futuro de las próximas generaciones”.