CARLOS ALZAMORA / Periodista autónomo / U. de Chile
Chile está a las puertas de un conflicto que se está tornando cada vez más violento y que no se ve una salida. El Rechazo a la nueva constitución cerró de un portazo la salida pacífica que tenía nuestra sociedad, dejando a la deriva al pueblo que sigue salvándose como puede.
Una guerra civil requiere componentes que no están a la vista, salvo que las fuerzas arnadas tomen partido, porque una guerra se hace con armas. También tienen armas el narcotráfico y los delicuentes, que además tienen recursos para financiarla, pero una guerra requiere dos bandos armados. La revuelta llegó a las puertas de La Moneda y el gobierno de Piñera se salvó de caer gracias a la apertura de un proceso constitucional, el que 3 años después está a fojas cero.
Una forma de desactivar la espoleta es poniéndose en los zapatos del otro, especialmente los que tienen más. La Reforma de Pensiones es una oportunidad y la de salud el 2023 es la otra. Una acción revolucionaria en vivienda con una reforma tributaria que financie estas políticas serán las cuatro patas de la mesa. Mientras, la nueva constitución queda para más adelante y de derechos de agua, de sistema político, de pueblos indígenas y derechos de las minorías no se hable más. Ya fue. Pero si nada de lo que espera la gente se obtiene y es bloqueado por la oposición, entonces vendrá la escalada de violencia, esta vez por lado y lado, y no será contra el gobierno, sino contra el Congreso.
