Los espacios verdes urbanos, entre ellos los huertos, pueden proporcionar diversos beneficios tanto a las personas como a la vida silvestre y así lo entendieron las vecinas y vecinos de Villa Rinconada de Nos. Fue entonces, durante la pandemia, cuando crearon el Huerto Comunitario Pichimahuida Lelikelen.
Varios años después gracias a un gran trabajo, dedicación, esfuerzo perseverancia de las y los vecinos lograron una nueva subvención aprobada por el Concejo Municipal de San Bernardo para continuar con su mantenimiento.

Este aporte permitirá la compra de herramientas esenciales, como orilladora, rastrillos, azadones, hacha de mano, palas y un taladro inalámbrico, que facilitarán el mantenimiento y desarrollo de este espacio verde.
El Huerto Pichimahuida Lelikelen nació en 2020, cuando un grupo de vecinos decidió transformar un terreno abandonado y lleno de escombros en un espacio de vida y encuentro.
“Era un basural dejado por una constructora, y gracias al apoyo municipal con camiones logramos limpiar un espacio inmenso”, recuerda Irene Acevedo Alarcón, vecina encargada del huerto.
Hoy, este huerto es símbolo de trabajo colaborativo, sustentabilidad y amor por el barrio. Con el respaldo del Municipio, las y los vecinos continúan haciendo crecer este proyecto que fomenta la participación ciudadana y el cuidado del medio ambiente.

Los huertos urbanos ofrecen recursos importantes para que las personas mantengan su salud mental y física, reduzcan el estrés y mejoren su bienestar general.
El compartir conocimiento se relaciona con la producción de alimentos, la identidad cultural, la política y en general con la inclusión y el sentido de pertenencia a una comunidad.

